Comenzamos la situación de aprendizaje con una conversación sobre el tema. Esta vez lo hacemos en desdoble para crear un pequeño grupo en el que sea más fácil la participación de aquellos que normalmente no lo hacen. En la conversación les lanzo la propuesta, me cuentan qué es una frutería y lo que ellos creen que se necesita para montar una frutería en el aula
Cajas
Mucha fruta
Ordenador para vender fruta (caja registradora)
Platos
Tenedores
Dinero, monedas, billetes.
Decidimos que serán los papás y mamás los que vendrán a cortar y vender la fruta y harán de fruteros porque nosotros no podemos usar cuchillos.
A partir de esta conversación les propongo que dibujen su propia frutería para ver ideas previas y propuestas para la nuestra.
Una vez que todos han dibujado la idea que tienen sobre una frutería, comentamos los dibujos en un asamblea y recopilamos todo lo que apuntamos para montar la frutería. Pedimos voluntarios para realizar las diferentes tareas.
La siguiente tarea fue escribir una lista de nuestras frutas favoritas para saber que frutas teníamos que traer a clase para nuestra frutería.
Otra tarea es hacer las monedas para comprar y vender
y los voluntarios que se habían apuntado decoran las letras del cartel de frutería y pintan frutas
La última tarea fue practicar, con las monedas, la compra, esta vez con frutas de plástico. La fruta costaba 1,2 o 3 euros. Teníamos además un ticket con el turno.
Cuando ya teníamos todas las tareas listas por fin llegó el día. Las mamás voluntarias vinieron al cole, montaron las frutería y pudimos comprar y comer las frutas que más nos gustan e incluso las que pensábamos que no. ¡Comimos más fruta que nunca!